"Villena, que de [inserte aquí cualquier ente ofensivo] está llena". Eso dicen los chiquillos de los pueblos circundantes en un alarde de superioridad poética y de ego infantil. El problema es que no sólo los crios tratan de hacer burla de la noble ciudad, también sus mayores deciden por nosotros dónde deshacerse de sus desperdicios cotidianos... y últimamente casi todos están de acuerdo en echar sus basuras, deshechos y otros elementos generadores de porquería a cuatro localidades contás.
Y Villena se lleva la palma, el premio gordo y todo lo demás, pues tras haber soportado las mierdecicas (legalmente) de todas las poblaciones de la dichosa Zona XIII, y (de forma dudosamente legal) las toneladas de pescado podrido, basuras de toda la provincia, de más allá y hasta del lejano Castellón... Ahora vienen y nos quieren meter entre los arcaicos Cabezos basura de toda la Vega Baja.
Y parecían inocentes, ellos que de tanto follón terrirorial histórico son hermanos de Villena en cuanto a la identidad regional (ya sabéis... "Ni Mursia, ni Valensia, Vega Baja Independensia..."). No son pocos los pueblos que vendrían a echar más mierda al lado de lo que fuera en su día la mayor urbe del bronce regional. No es de extrañar por eso el completo rechazo de los villeneros, los políticos locales y de los conejos de los Cabezos, que si aún no se han manifestado es porque les falta el empujón.
En fin, algún día, una suerte de J. Mª. Soler del futuro hallará por casualidad, en una grieta entre metros de sedimentos orgánicos, un cartelico enorme que diga "Heladería La Ibense".
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