En el Rabal este fin de semana se ha parado el calendario en pleno siglo XV. Se han estrenado los gigantes y cabezudos, debidamente presentados al público y bien apadrinados, cada uno, por ilustres villenenses. Así hemos conocido al labrador, al fraile, al judío y al moro... y a nuestro queridísimo Orejón, en forma de un muy simpático cabezudo. Los encargados de meterse bajo estas testas son los jovenzuelos de las Pencas de la Laguna y los Nabos del Pinar., que también se ha visto bajo las faldas de los dos gigantes: Don Juan Manuel, el príncipe de Villena, y su señora Doña Costanza de Aragón.
Por cierto ¿no se habrán equivocao con el escudico que adorna su pecho? El que lleva el gigante del autor de El Conde Lucanor es el del reino de Castilla y León. ¿No sería más adecuado el poner el suyo propio? Simplemente habría que cambiar el castillo por la mano alada, la de los Manueles... Mano Alada... Manu´ael... ¿Habéis pillao el chiste heráldico?.
Es difícil el pasar por el Rabal y no tropezarse por algún lado con alguna boda medieval, algún juglar, un ejército de gansos en formación, una rapaz peinándote al vuelo raso o una fila de borricos mu monos. Eso sin contar los tropecientos puestos que pueblan las calles del barrio.
Los enanos también tienen pa elegir: tío vivo artesano de tracción animal (un vecino heciéndolo girar), el paseíco en burro, el barco pirata (con equipación completa para la tripulación), la noria, tocar un búho más grande que tú... También hay sitio para las artes, con musiquica, la presentación del disco Entrejuglares, exposición de pintura biarense y la elaboración de un mural por parte de estos últimos.
Y cómo no, estando en 1488 no podrá faltar la visita de sus majestades los Reyes Católicos, Fernando e Isabel (Isa), que en su día no se les dejó entrar a la ciudad a través de la Puerta de Almansa hasta que no jurasen cumplir lo que prometieron tras la sublevación contra el Marqués (quizás deberíamos hacer lo mismico con ciertas gentes de hoy en día).
A decir verdad fue una visita intermitente (con sonido que iba y venía) que acabó con un brindis de fondillón y paseíco hasta la Plaza de Biar, donde Sir Juan Carlos Ferrero dio el Pregón de apertura.
Procesión de antorchas, bodas y más bodas bajo el castillo (con un muy medieval andamio), medios nacionales dando la noticia, fuegos y juegos, arqueros, actuaciones y teatro... casi que se nos olvidan los puestecicos que dieron lugar al primitivo Mercado Medieval hace 12 años. Unos cracks los del Rabal.
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