lunes, 15 de mayo de 2017

La Mahoma de Biar, de Villena... ¿Y de Castalla y de Yecla?

Ahora que ya estamos contentos, que tenemos a La Mahoma en casa, nos vuelve a salir ese brotecico de ansia festera que los villeneros tratamos de bienllevar durante medio año. Cosicas como el pergamino de pedida oficial de Pepe el Pastillo también nos hacen recordar la relevancia de la efigie como símbolo de unión, hermandad y buen rollico entre los pueblos festeros. Eso y que más de un villenero aprovecha estos días pa mitigar ese ansia agotando las existencias de licores en los cuartelillos biarenses.

Hermandad... Aunque a veces se haga difícil
poder leer "Villena" en el torso de la efigie.

Pero... ¿De dónde viene eso de compartirla? Otros pueblos tienen cada uno la suya y, reconozcámoslo, no sabemos qué narices habremos hecho, pero los Villena tenemos mucho mayor aprecio por la villa de Biar que los de Biar por la ciudad de Villena y todo lo que suene a villenero. ¿Porqué narices se comparte, entonces?

Bueno, vale que tendríamos que controlar
 mejor a nuestros vándalos pirómanos...

El biarut medio te dirá que esto viene de no sé que historia de que allí no tenían cárceles. Pero investigando un poquico esto nos suena un poco a cuento. Si vamos a la documentación existente más antigua nos topamos con aquel famoso número del Semanario Pintoresco Español de 1838, donde se describen las fiestas de Biar y en el que el autor hace especial incidencia en la presencia o ausencia de festeros foráneos, comentando de la embajada del último día lo siguiente:


...los de Villena se colocan a la derecha del castillo, la izquierda está ocupada por los de Castalla.
[...] El fuego del cigarro comunica á la pólvora, la cabeza de (La) Mahoma rebienta con el mayor estrépito, y los cascos vuelan causando algunas desgracias. Inmediatamente sufre el castillo un segundo ataque. Los vecinos de Villena y Castalla se arrojan á él; desatan los restos de (La) Mahoma, y asidos á ellos se disputan á golpes la honra de llevárselos. Vencen los de Villena así por su mayor número, como por la protección que les dispensan los de Biar...

Un momento. ¿Festeros de Castalla? ¿No tienen ellos ahora su propia efigie? ¿Disputa á golpes? Y lo más sorprendente... ¿Que nos ayudan los de Biar? 

Buen rollico festero:
Moros de Villena y Castalla dándose cariño.

Por si no fuera suficiente con estas novedades, aún hay más documentación de la época que nos deja el culico más torcío si se puede. Hablamos de una biografía, que no se publicó hasta 1857, de Fermín Caballero sobre la Vida del Excmo. Sr. D. Joaquín María López, aquel Presidente del Gobierno de España villenero. En esta ocasión se describen las fiestas villeneras de la infancia del político "piquito de oro", como lo llamaba Isabel II:

...la embajada en verso que les envían los cristianos para que se rindan; la descomunal batalla que se traba entre africanos y españoles, auxiliando a éstos legiones romanas; el trueno estrepitoso que da la cabeza de (La) Mahoma; las sendas palizas que suelen armarse entre los de Biar y de Yecla sobre llevarse arrastra el zancarrón...

¿Yecla? ¿En serio? ¡Qué!... ¿A que eso sí que no os lo esperabais? Los restos de la efigie, que tras cabeza volada y vertido a la Fuente de los Burros algo quedaría, no era tan amablemente entregada a los de Biar. Parece que, más bien, se las tenían que ver con los yeclanicos a base de civilizada y noble paliza descomunal.

La poco amistosa "Tercera" Embajada: Biar contra Yecla.

Vaya, vaya... Ahora resulta que la misma efigie pudiera ser compartida no entre dos localidades, sino entre cuatro. La Mahoma de Biar, de Villena, de Castalla y hasta de Yecla (que tenían sus fiestas) podría ser la misma pobre efigie, que compensaría palizones con más kilómetros de viajes por la cara, o cara reventona. Resumiendo mucho, parece que quienes tuvieran la suerte de hacerse con los restos en la última embajada de cada fiesta se ahorraría así, a leches y porrazos, la faena y los costes de tener que hacer una nueva entera (pa luego hacer lo que se le hacía).

No sabemos si cabe tanto nombre
en la telica de delante.

Ya... ¿Y porqué solo queda la tradición entre Villena y Biar? Si nos vamos a los números y a los anteriores testimonios, parece haber una respuesta coherente. Piense usted que en aquel tiempo los yeclanos en las fiestas de Villena debían de superar con creces als biarencs, y que en Caudete (los vecinos festeros más cercanos a Yecla) eran más de representar los Episodios que de reventar gigantes, no así en Castalla, vecinos de Biar. Si los de Biar ayudaban a los de Villena a conseguir La Mahoma, esperarían igual apoyo villenero frente a los yeclanos. Si se la llevaban los de Castalla, poco podrían hacer frente a tanto rival (éstos son vecinos de Onil, Sax, Petrel, Ibi, Jijona o Agost, además de mucha presencia de los ricos y todopoderosos alcoyanos).



Así, tan felizmente, bien podría haber surgido esta alianza de fraternidad y colaboración de buen espíritu festero Villenero-Biarense, producto de unas costumbres no tan fraternas ni respetables. Aunque que no se diga que no tendría su encanto... Eso de liarse a hostia limpia por unos zancos chamuscaos. Pa que luego nos riamos de lo de "los hijos de la Jeroma".

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