miércoles, 7 de octubre de 2015

Washington Irving, el primer turista de Villena

Ahora que se está disparando la llegada de turistas a Villena para conocer la ciudad, su historia y monumentos, bien valdría la pena echar la vista atrás, pensando en cómo sería eso de visitar Villena por ejemplo, por ejemplo... ¿En el siglo XIX?

Entonces no había
 oficina de turismo.

Pues resulta que tenemos información de un "turista" de esa época. Nada más y nada menos que el mismísimo Washington Irving, el famoso escritor del romanticismo y andarín de Manhattan, autor de, entre otras obras, los también famosos Cuentos de la Alhambra, La leyenda de Sleppy Hollow o Rip Van Winkle.


Resulta que el hombre iba recogiendo en una especie de diario, las vivencias que le ocurrían durante sus extensos viajes y fue uno de los personajes que más se han pateao España, describiéndola, eso sí, desde su visión romántica, como esa tierra atrasada, exótica y de leyendas propia de la visión anglosajona del mundo.



En el segundo volumen de "The Journals of Washington Irving", podemos ver, en la entrada correspondiente al 7 de agosto de 1829, su paso por la Villena de entonces:

Luego atravesamos un campo árido y quebrado y la vega de Villena; muy árida y bochornosa - rodeada de cerros que parecen de hierro fundido - estando a cinco leguas de la venta donde pasamos la noche.
Villena cuenta con un pintoresco viejo castillo sobre una eminencia que domina la ciudad - sobre la que se soporta la Posada de la Plaza.
Escena en la posada: - Algunas personas de la familia y huéspedes sentados en un arco para disfrutar del aire fresco - dos arrieros (muleros) sentados en la tierra en un rincón contando sus monedas de cobre - una banda de campesinos llegan con burros - hombre bajos y orondos, de tez morena como Moros - camisas sucias - anchos pantalones de enaguas que llegan hasta las rodillas - faja alrededor de la cintura y elementos para fustigar atravesándolas para golpear a sus burros.
Inscripción en la espada del sargento: 
No me saquéis sin razón, No me envaines sin honor.
Villena. El castillo está aparentemente construido sobre los restos de una fortaleza árabe. Tiene el torreón cuadrado del castillo árabe, pero se añadieron torres redondas de costrucción española. Es una ruina pintoresca y en buen estado de conservación.

Ojo al tópico guiri de resaltar al español como bajito, moreno y panzudo y con rasgos moros, por no hablar del claro estilo romántico que dominaba los escritos de este ilustrísimo yanki decimonono. Porque vale la pena contar el número de veces que a lo largo de esas páginas repite el adjetivo "pintoresco" (recordemos que en esa época los americanos eran más ingleses que americanos). El remate viene con la leyenda inscrita en la espada del sargeto, colmo del ideal que tenían del concepto "honor español", muy al estilo de "Hola, soy Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir".

-"Hola, soy otro estereotipo español de los guiris,
 prepárate a morir".

Eso sí, la traducción la hemos hecho muy ajustaíca (hasta donde entendemos el inglés cultureta de la época) porque la propia traducción que el mismo Irving hace de la mencionada inscripción también tiene tela (la reproducimos tal cual):

Inscription on the sergeant's sword:
No me saqueis sin rason. 
No me embargues sin honor.
Do not draw me without reason,
Do not sheath me without honour.

Que vete tú a saber si esa anécdota es real o viene a ser un toquecillo añadido para resultar su visita algo más "pintoresca". El caso es que, por lo demás, ofrece una breve pero buena descripción de la ciudad y se le ve al Washington este muy entendido en fortificaciones hispanas por la acertada descripción del castillo de la Atalaya.

Lo demás parece de cuento, pero es verdad.

Nosotros seguiremos buscando, que sabemos que hay más viajeros de éstos con sus visiticas "turísticas" a Villena en tiempos en los que no abundaban precisamente las "Tour Operadoras". 

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