Para colmo de las casualidades, ha vuelto a pasar. Donde se decía y se sabía que había muralla... ¿Adivinad qué ha aparecido? Pues ahora le toca levantarle la calle a los vecinos de la calle Mayor a la altura de la plaza de igual nombre. Todo sea por ver medio pueblo en zanja y vallado.
A ver, eso de preservar el patrimonio histórico y arqueológico está muy bien... Pero, rejoler, ¿todo a la vez? ¿de verdad era necesario?
PD: Por supuesto, feliz 28 de diciembre.
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