Venga, no os quejéis tanto de agualichones tochos y tormentas veraniegas, que, a su manera, ha acabado ayudando a evitar que se nos queme la Encina.
Bueno. A lo mejor fue más por la actuación de los bomberos, pero un poquico de humedad para evitar secarrales, pues oye, nunca viene mal.
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