domingo, 11 de noviembre de 2018

Acho, la tectónica de placas

Caía el sol fuera del pequeño auditorio improvisado. El conferenciante, un tanto nervioso, se acerca al micro y, tras unas ridículas pero pertinentes pruebas de sonido, empieza a hablar:


Si, hola. Muy buenas tardes y gracias por asistir a la charla. Veo que somos pocos pero agradezco que exista gente que apoye mis teorías. Bien, Ok. Empecemos. Ejem.... 

(Se vuelve a aclarar y cambia a un tono grandilocuente)

Ese vocativo, el "Acho". Ese apócope de chacho y macho, que a su vez derivan de muchacho. Eso tan nuestro. Pues obviamente, a estas alturas ya sabréis que no solo es cosa nuestra. De hecho es relativamente común en buena parte del sureste español. Villena y su zona de influencia, casi toda Murcia, zonas de la Vega Baja y algunas también manchegas son muy dadas al arte de expresar toda una gran variedad de emociones, amenazas, interjecciones, exclamaciones, interrogaciones, saludos y apreciaciones, simplemente cambiando la entonación al pronunciar una única y simple palabrica.
Pero el caso es que tampoco es exclusivo de la región del viejo señorío del príncipe nuestro, ni del antiguo dominio de Teodomiro. Resulta que también se suele dar al otro lado de la península, en el far west. En Extremadura también lo sueltan. 

(Alguien entre el escaso público tose forzadamente, como en tono aburrido).

Pues bien. He aquí que surge la duda, la pregunta clave. ¿Cómo pijorra es posible, que dos regiones tan separadas, geográficamente, dialécticamente, con tanta diversidad y variedad de cultura y formas entre ambas, usen la misma expresión, con idéntica funcionalidad?

(En tercera fila, uno se suena la nariz)

Señoras y señores. Hoy vengo a responder a esta misma pregunta. Mi teoría, revolucionaria, no deja lugar a dudas. Querido público, la prueba es precisamente esa. No hay otra explicación. La evidencia es clara. Amigos, aquí mi tesis:

(Saca una cartulina, tamaño DIN A3)

Sí. ¿Lo veis bien? ¿Los del fondo? ¿Sí? Bueno. Pues como os decía. Aquí está la razón a tan atormentadora cuestión. Hace muuucho tiempo, Extremadura y el viejo reino de Murcia estaban junticos, ahí tos pegaos, ¿Lo véis? Lindando el llano de Albacete con los campos de Trujillo. Fueron los movimientos de la téctonica de placas, los que separaron estas tierras, antes unidas. 

Los extremeños y murcianos de entonces hablaban precisamente lo mismico. Luego, la geografía fue evolucionando, pero el acho quedó, permaneció como prueba del pasado. Igual que los marsupiales australianos y americanos. Igualico.

(El hombrecillo agarra bien el micrófono y estalla es exabruptos)

¡La ciencia nos ha mentido! ¡La historia nos ha mentido! ¡La geografía y geología modernas son una patraña! ¡Despertad! ¿No lo veis? ¡Nos manipulan! ¡Nos quieren separar! ¡Dividirnos, para vencernos!

(Una señora se despierta de golpe con el susto)

¡Lo saben en la CIA! ¡Y los rusos! ¡Hasta los yeclanos! ¡Abrid la mente! ¡No me creo sus cuentos! ¡Eh, tú! ¿Qué haces? ¡No me toques! ¡Que no me toques!

(Entran dos tipo bien fornidos y sacan al ponente en volandas)


...

Ya está el cielo bien oscuro. Una misteriosa figura, al final de la sala, aprovecha la falta de luz para soltar una pequeña carcajada y se frota las manos. Va encapuchado, pero se le pueden intuir la marca de dos grandes pabellones auditivos a ambos lados de la cabeza. Satisfecho, dice algo en voz baja, como para sí mismo: 

"Bien, ya le tenemos hermanos, no hablará por mucho tiempo, de eso podemos estar seguros. Toda va según lo planeado, nadie sospecha nada. Cambio y corto."

La misteriosa figura se desliza hasta introducirse en el interior de una furgoneta. El vehículo arranca y se pierde en la noche... Como si nunca hubiera estado allí. Camino quizás de alguna red secreta de siniestros túneles bajo la ciudad... Bajo un castillo...




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