El último aliado en nuestra causa contra las líneas de Belcebú es el mismísimo Duende Tortuga, maestro de un tío que ha muerto y resucitado por la humanidad muchas más veces que Jesucristo.
Y la verdad, amigos de las Runas de Hefesto, viendo cómo dejan el terreno los personajes de esta seria tras cualquiera de sus multicapitulares combates, no sé si sería conveniente dejar a esta peña lanzando chorros de kilotones de energía hacia los muros de caliza de nuestro castillico. Más que nada por si por el camino matan a Krilin... otra vez.
Esperemos que nos enseñe su flamante técnica del KameHameHa, que de paso nos serviría para petarlo en el castillico de fuegos artificiales del Día 7. Ahí lo dejo.
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