¿Y los bichejos, es que nadie piensa en los bichejos?
Porque tú miras el escudo de los Reyes Católicos en Santiago y a lo mejor no caes, pero es que al pobre aguilucho de San Juan lo tienen ahí, sujetando el escudaco con sus patejas, en una postura o no muy agradable o anatómicamente muy accidentada.
Al menos lo demás no está como en las versiones revival franquistas, que parece que le hayan pasado una apisonadora.
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