Es lo que tiene la situación. Que ahora no solo hay que tener en cuenta el tema del aforo del público. Para dar conciertos también hay que asegurarse que exista espacio y separación suficiente para los propios intérpretes.
Un claro ejemplo es este concierto del Esemble de Viento-Madera de la Sociedad Musical Ruperto Chapí, que para su concierto de la Campaña de Intercambios Musicales de la Fundación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, se han tenido que buscar un espacio tan tocho como el salón de actos de Ferri.
Lo importante es que se siga moviendo la culturilla.
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