El bote finalmente toca tierra. Parecía imposible pero llegaron a tierra. El oleaje podría haber acabado perfectamente con ellos, tan insignificantes, sobre aquella diminuta embarcación, en medio de la tormenta. Mas habían llegado. El primero de ellos se aventuró a saltar hacia las rocas de la orilla. Estaban a salvo. A salvo, pero perdidos, confusos, nada parecía encajar.
-"No lo entiendo, se supone que debíamos haber llegado a casa. ¿Qué diablos es esto?"
-"Yo también estoy confundido, creía que esta era la ruta, pero ya ves, al menos estamos a salvo"
-"¿Pero dónde narices estamos? ¿Cómo saldremos de aquí?"
El último de los tres en posar sus pies sobre las rocas de aquel desolado islote, se para. Piensa, mira, observa Vuelve a mirar. La oscuridad, el agua y el viento de la tormenta apenas dejaba vislumbrar bien las formas y figuras de aquella isla perdida.
Un rayo ilumina brevemente la escena. Ahora sus sospechas se confirman.
-"Compañeros, lamento decir que hemos seguido bien la ruta. Amigos míos, estas rocas... ¿Véis eso sobre lo que os habéis posado?"
-"¿Qué?"
-"Eso es el castillico de Salvatierra, esto en la cresta de la Sierra de la Villa... Compañeros... Lo siento mucho... Estamos en casa."
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Vaya con el agua esta Semana Santa. Vaya con el agüica de los cojones. Si es que no puede ser: Dejamos el pueblo una semana y volvemos a Rapture. No se os puede dejar solos, bonicos.
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