Durante tropecietos cinco siglos las campanas de la iglesia de Santiago han sonao y requetesonao, más si cabe cuado cuando consiguieron derribar a sus rivales sonoras de la vecina y queridísima nuestra, Torre del Orejón. Nunca han parecido molestar a nadie (bueno, se compadece al que tenga el campanario justo enfrente) pero ahora y no sabemos muy bien porqué justo ahora, resulta que molestan sus soniquetes y se le exige que vaya el campanero con el mandico y le dé al botoncico al menos y le baje el volumencico al aparatico.
...No vaya a ser que se oiga cuatro calles más pa afuera... |
Pero esta no es la noticia del post. Quejarnos siempre nos hemos quejao: De la Cábila, de la Troya, de la Troyica, de los Maseros, de los Cristianos, de los Piraticas... [Inserte aquí su comparsa o local festero más cercano], pero luego a ver quién es el guapo que se atreve a limitar las fiestas. Ahora nos piden bajar el volumen a la Revoltosa, a los villancicos, a la Entrada y a la Morenica que toca la maquinica del campanario, como si bajando el volumen fuera a molestar menos a los vecinos (prueba a bajar el volumen al despertador a ver si pierde eficacia, en serio, probad, probad). Pero insistimos, esta no es la noticia del post de hoy.
La verdadera noticia es que no sabemos muy bien cómo, pero si fuera del centro histórico de Villena no se oye ni de lejos las campanicas de Santiago... ¿Cómo pijorra se acaban hasta quejando el círculo de Podemos de Biar? ¡¡¡DE BIAR...!!!
Ese súper-oído biarense. |
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