miércoles, 3 de septiembre de 2014

Análisis químico de las fiestas de Villena

Desde la sección "Botijo's Science" de este humilde blog, pasamos a dedicar una muy breve descripción puramente química de eso que conocemos como "sentimiento festero". Muchas risicas y coña se ha realizado en esta ilustre paginica web con la dichosa "fiestitis". Ya saben, ese supuesto virus festero que convierte a todo buen ciudadano en una suerte de zombie que sólo vive, piensa y reacciona ante todo lo que tenga que ver con esos cinco días del año que Villena es tomada por los propios villeneros.

Cuenta la leyenda que el castillo fue levantado
como búnker contra los exaltados festeros.

Pero ¿Nos atreveríamos a aventurar las causas de nuestra supuesta susceptibilidad a ser contagiados por ese supuesto virus? Pues como somos como somos, lo hemos hecho. ¿Y cuál es el factor clave? Pues, sin duda, el "ambiente festero". Vale, pero seguramente ustedes, ilustres lectores, no se conformarán con ese coloquialismo generalizador y ya que estamos hablando de ciencia, nos pedirían ser más concretos. De esta forma, nos decidimos a concretar que ese "ambiente festero" muchos lo podrían resumir en lo esencialmente químico como "olor a fiestas". Es decir, el clásico olor a fiestas de toda la vida. ¿Y a qué huelen la fiestas? No hay duda, hay dos reyes festeros como respuesta:

La verdadera esencia de la fiesta.
Pólvora y Alábega: Riéte tú de la meta azul de Heisenberg.

Pólvora y Alábega. Alábega y Pólvora. Parecen dos palabrejas especialmente diseñadas para sonar juntas, poética y evocadoramente. Con los culpables ya identificamos pasamos al siguiente nivel. ¿Qué es exactamente lo que huele de ambos elementos?. Teniendo en cuenta que el olfato depende de la interacción de ciertos tipos de grupos funcionales en las moléculas con receptores específicos al fondo de nuestras fosas nasales, pasando por una compleja red de conexiones neuronales e interpretaciones de cálculos cerebrales en nuestro coco... y bla, bla y bla... (Entendemos que estamos a primeros de septiembre y la cabeza anda un poco desentreada y pensando en fiestas) Vamos, que al final se trata de ir a la caza de la molécula o moléculas en cuestión.

¿De qué me suena eso?*

En el caso del clásico, aromático y peculiarmente villenero olor a alábega septembril, el principal componente del dicho olor es en realidad todo un conjunto de moléculas variadas contenidas en sus aceites esenciales. Pero si nos decantamos por uno en concreto es por el compuesto mayoritario y típico de esta planta aromática. Hablamos del 1-alil-4-metoxibenceno, también conocido como metil chavicol, 4-alilanisol o p-alilanisol, según el barrio. Aunque los amigos preferimos llamarlo estragol,

Muy usado en perfumería, por cierto.

El otro señor absoluto del olor a fiestas es la reina de toda fiesta levantina. Hablemos de esa arenilla negruzca conocida como pólvora. Cuando un arcabucero aprieta el gatillo, se dispara el martillo, que golpea un pistón que prende la pólvora en el cañón. Y al prender, el nitrato potásico mezclado con carbono y azufre en proporciones definidas empiezan a insultarse, a llevarse como un poquico mal y darse de leches unos con otros hasta reaccionar. Parte de los resultados de la combustión y de dichas reacciones son una mezcla de sulfuro de hidrógeno (SH2, el maravilloso olor a huevo podrido) con hidrocarburos varios resultado de combustión incompleta, pobre o prácticamente nula (Sí, amigos piraticas, no por echar más cargas se va a quemar más pólvora) y con hidrosulfuro potásico (KSH) En menores proporciones podríamos encontrar incluso SO2, tioles (el pestilente grupo -SH), y hasta compuestos del tipo de las aminas (mmm... pescado podrido). Son las consecuencias de tanto alboroto químico a tanta temperatura dentro del arcabuz. Aunque realmente ese es un problema más complejo de lo que parece.

Aparte de nubes de humo con forma de moricos
 y cristianos, lo que sale del arcabuz tiene tela.

Habiendo descubierto a los posibles culpables de tanta debilidad del villenero medio al síndrome "fiestítico" no queremos acabar sin asumir que, siendo sinceros, hay una molécula que es la mayoritaria y la que más aumenta en concentración por estas fechas (especialmente en nosotros). Siempre que hay fiesta nunca faltará...

...la incansable molécula de etanol.

Aunque a decir verdad, en este pueblo hemos querido descubrir el verdadero compuesto del villenerismo absoluto. Señoras y señore, va para ustedes. Nos sacamos de la manga el hipotético, inexistente e increíble "Holmiato Actínico":

Ni estragol, sulfuros ni leches. Villena es yonki del "AcHo".

Y esta es nuestra particular manera de desearles a todos, mientras nos vamos probando el traje, unas muy felices y aromáticas fiestas.



PD: Mantenemos la promesa realizada en anteriores entradas de explicarles qué relación tiene la luna con nuestras fiestas. Sin embargo os haremos esperar. A ver si algún listo lo adivina (el presente post es una pista).

*En cuanto a lo del olfatímetro del ayuntamiento, en realidad no determina las moléculas "odoríferas". En su lugar sólo mide el grado de disolución del aire para que "deje de oler" nuestra muy pestilente atmósfera villenera del vertedero.


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