Cuando se habla de Moros y Crisitanos por aquí no hay problema, pero fuera, a quien le es ajena toda nuestra historia, orígenes y tradiciones, sólo le viene a la cabeza una única ciudad: Alcoy. Y es normal, pues son los únicos que han sabido "venderse" bien, cosa que en Villena siempre mirábamos como algo raro eso de enseñar nuestras fiestas al mundo, por aquello de quedarnos absortos durante estas fechas en nosotros mismos. Del 4 al 9 para el villenero el universo entero se limita a Villena y sus fiestas. Nunca pensamos en turistas ni más visitantes que no sean los que han emigrado o la infinidad de bandas de música foráneas.
Alcoy VS Villena: "O cómo sacrificar tradición por espectáculo pal turista" |
Es por eso, que los alcoyanos siempre han tratado de justificarse, por encima del resto de poblaciones, como las primeras y los pioneros en todo. En temas de música festera siempre se han atribuido la invención del primer pasodoble puramente festero, "Mahomet" de 1882, cuando ese título lo ostentan en realidad los de Bocairente con "Manueles y Fajardos", premiado ya en 1880 y que curiosamente hace referencia más bien a nuestra historia que a la suya (la casa Manuel de Villena y sus líos con los Fajardos del sur).
Como no pueden apuntarse el tanto con las antiquísimas marchas militares, los alcoyanos sólo les quedaba reclamar el origen de los otros dos grandes géneros festeros: La marcha mora y la cristiana. El problema es que tampoco esto es del todo cierto, pues la primera marcha mora reconocida como tal es la que suena en una zarzuela (sí, sí, en una zarzuela). La obra en cuestión es la zarzuela "Moros y Crisitianos" del maestro Serrano , estrenada en 1905 y por lo tanto, anterior a la primera marcha mora alcoyana "A Ben Amet", de 1907.
Más derecho tienen a sumarse la autoría de la primera marcha cristiana, que sería "Aleluya" en 1958. Pero si atendemos al anterior caso tampoco se deberían poner la medallica de la originalidad si retrocedemos a 1873. Es en este año cuando nuestro Ruperto Chapí estrena para banda "La Corte de Granada", donde no sólo aparece el más viejuno intento de perfecta marcha cristiana, sino que también se aprecia una "auténtica marcha mora primitiva", según José Fernando Domene. Se basa en la zambra, una danza árabe y si le ajustamos los tiempos al compás y percusión y la tocamos con banda (se acabó adaptando para orquesta sinfónica) nos sale, sorprendentemente, una marcha mora. De hecho, Chapí también compuso una "marcha morisca".
Pero lo más sorprendente del asunto es esa primitiva "marcha cristiana". Si queréis saber de qué hablamos pasaros por una vieja entrada de El Orejón, donde podéis comprobarlo con vuestros propios oídos. Simplemente haced click aquí: Los guiños en la música festera (parte II).
Y para saber más del tema: El origen incierto de la música festera. Domene Verdú, Día 4 Que Fuera, 2001.
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