Nuevos indicios contra el virus en Villena

Aún no salimos del asombro tras el artículo publicado esta misma mañana en la prestigiosa revista "Pubdblao Terlinque-analytical". Resulta que tras mucho estudiar la evolución de la pandemia en Villena, el equipo formado por los expertos Cantueso Esquembre y Frasco De-Fulgen, doctores en festerosidad y arcabucerística (respectivamente), ha dado con un descubrimiento asombroso. 

El doctor De-Fulgen, a sus labores.

Resulta que analizando el número de casos, les parecía extraño que por agosto apenas hubieran contagios, o que en lo gordo de la primera ola no se registraran infectados conocidos. Su investigación dio un giro cuando cayeron en la cuenta de que coincidían estos momentos con la previa de las pasadas No-Fiestas y con los retazos del último Ecuador Festero.

El artículo en cuestión del notición.

Al investigar más a fondo dieron con la clave del asunto: El coronavirus y el virus villenero de la Fiestitis no se llevan bien. Como lo oyen. Al mirar por el microscopio no daban crédito a lo que veían. En el típico festero infectado por ambas cepas presentaba una escena bastante peculiar.

Cuando el coronavirus se disponía a infectar a una célula susceptible del paciente, si en la misma ya se encontraba una copia del virus de la Fiestitis, éste último le presentaba batalla. El de la Fiestitis se asomaba entre las almenas de la membrana celular y se le encaraba. El coronavirus no tenía más remedio que tratar de empezar por la vía diplomática, que si "ah del muro" que si es "un amigo que te saluda"... Cuando la embajada fracasaba, sacaban las espadas y se ponían ya en plan "¡Dí a los tuyos armas, armas!". Claro, en esa fase de la intentona, el coronavirus ya no podía hacer nada frente a los arcabuces de las proteínas externas del virus villenero, o a la legión de micro-nazaríes celulares que le arrojaban toneladas de alábega directas a su ARN.

Ataque por alabegazo.

Con este descubrimiento, los investigadores, desde su centro de investigación molecular en las Peñicas, aseguran que en unos meses podrían presentar ya un proyecto de vacuna. Eso sí, no garantizan que de cara al futuro si la propuesta prospera a nivel internacional, empiecen a pegarse volteretas en Japón, a hacer gachamigas en Oklahoma o a rodar banderas por la Micronesia.

En el Orejón esperamos que el asunto llegue a buen puerto.