Una sombra corre apresuradamente a través de los túneles subterráneos. Arriba, la ciudad de Villena descansa, duerme en la noche, ignorando todo lo que se trama bajo ella.
La sombra cruza un enorme portal, que se cierra de golpe tras ella. Unas pocas figuras se encuentran al otro lado del lúgubre salón, sentadas a una larga mesa, saboreando algo en grandes copas. Miran expectantes al recién llegado, que casi no le da tiempo para tomar un respiro.
-"¿Y bien, Hermano?"
-"Hermanos..."
La nerviosa figura trata de tomar aliento.
-"Hermanos... Ya es oficial. Lo hemos conseguido."
-"Entonces, Hermano... ¿Se ha cumplido nuestro objetivo?"
-"La decisión ya es total. No solo han suspendido lo de separar la Cabalgata este año, también se han decidido por la propuesta de Cristianos y Ballesteros".
-"¡Perfecto! Todo según lo planeado. ¡Brindemos!"
-"Sí, brindemos. nuestra campaña en El Orejón ha dado sus frutos. Es más, queda demostrado que somos aún más fuertes e influyentes de lo que pensábamos."
Los encapuchados lanzan una sonora carcajada al unísono. Perversa, malévola, de villano. Sienten el poder en sus manos... Y brindan por sus maléficos planes. La risa ha sido especialmente dramática en aquel que ocupa el centro de la mesa. Dos generosas protuberancias parecen adivinarse entre la tela de la capucha, a ambos lados de su cabeza.