A raíz de las últimas actuaciones de restauración en el castillo ha surgido cierta polémica, o al menos se ha comentado bastante, acerca de un colorido asunto. Hablamos de color, del colorido variado que muestran los muros de toda la fortaleza, donde en cada actuación e intervención distinta se ha empleado piedras de diferente origen y tonalidad.
Como resultado de años de restauraciones, lavados de cara y tratamientos, nuestra imponente Atalaya se ha vestido con piedra de mortero de todos los colores y para todos los gustos. Para alivio de los que se quejaban el director de las últimas obras ha asegurado que al final se procederá al "tintado" homogéneo de muros y torres. Sin embargo, esto no aclara si también se tintarán aquellas zonas consideradas como restauradas o "empastes", diferenciadas por su distinto color y una hilera de ladrillo.
Vamos que ya está servida otra discusión tonta entre los típicos "a favor" y "en contra".
¡Fiesta, super color! |
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