Pues nos hemos medio enterao de este asunto gracias a la última publicación de Rosa María Martínez-Espinosa, catedrática en la UA de Bioquímica y Biología Molecular y villenera, entre otras cosas.
Como ya se ha venido viendo desde hace unos añicos, lo que le da ese colorcico a los Flamencos son los pigmentos que adquieren de toda una serie de microorganismos (microalgas y pequeños crustáceos), que se encuentran en esos ambientes que suelen frecuentar (las salinas de Santa Pola y Torrevieja, por ejemplo).
Ese carotenoide naranjita... |
En su trabajo destacaban el papel de uno de estos pigmentos, la bacterioruberina, producida por microorganismos extremófilos (haloarqueas) presentes en este tipo de salinas. Podéis echarle un ojico a esta contribución en este enlace (benditas publicaciones de open access):
El caso es que también mencionaban el "trasporte" que se producía de estos bichejos, debido a los viajes entre lagunas y lagunillas de los flamencos.
Por eso, sabiendo que el año pasao volvieron a aparecer flamencos por Villena (cosa que apenas se documentaba desde tiempos del Príncipe Don Juan Manuel), se nos viene a la cabeza que sería muy interesante el acercarse a controlar el asunto en las afloraciones de agua de los terrenos de la vieja laguna de Villena. A ver cómo ha variado este último año la población de estos microorganismos.
Tampoco es como para verlo así de exagero, pero... |
A lo mejor nos llevamos una sorpresa. Y a lo mejor bastará comprobarlo a simple vista.
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