En una de esas que en Villena Cuéntame te reponen una fotico de hace tiempo, nos paramos en esta:
En la imagen vemos a un nazaríe echándose un merecido descanso en el Paseo, seguramente tras un duro desfile o diana. Pero lo que nos llama la atención no es la apacible escena en sí. Fijaos bien.
En la botas, concretamente. Esas babuchas típicas apuntadas... ¿No acaban en chapa metálica?
Nos parece que, aún sin llevar la reglamentaria puncha, ni espada, ni leches, no nos convendría meternos con él. Nadie debería experimentar, en esta vida, semejante certero patazo en la entrepierna por respuesta.
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