Y justo cuando uno puede hacerse un crucero por un seriamente navegable Vinalopó (sí, tenemos río, por si no se acordaban), las calles escupen ramblas y torrentes y se inundan las cocheras... Va y sale esta portada:
Es algo así como comprarse un cerdico vietnamita por San Martín. Pero bromicas aparte, lo del acuífero sobre-explotado y el descenso del nivel freático ya venía avisando... Desde hace casi un siglo. Mientras, tanto, cuando se da la extraña y paradójica, pero posible, ironía simultánea de riesgo por falta de agua y de inundaciones chungas (así, a la vez, cosas de la vida) sigamos preocupándonos por si este árbol está mal cortao o si aquella acera está mu sucia.
Semos asín.
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