Mientras esperábamos ver pasar todas las bandas de música del congreso del pasado sábado teníamos mucho tiempo libre. Con esos cortes y tiempos, en un desfile oficial, la Junta Central se hubiera hartao a poner sanciones. Les faltarían puntos a repartir a los delegaos. Pero la gracia del asunto es que, en nuestro paseo, nos encontramos con el verdadero, único y clásico indicador villenero de que la fresca gorda y el invierno en general, se aproxima peligrosamente:
Castañicas has just come... |
Yo no sé a vosotros, pero a mí me está entrando un hambre a castañas... -¡Miguelico! ¡Lléname un cucurucho!.
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