Vueltas, mil vueltas y más vueltas. Por caminicos, mini-carreteras y senderos pa mula... Llegar a la estación del AVE es toda una odisea, y el intento de mejorar sus accesos deja en ridículo a las gestas más impensables de la historia de la humanidad. Creemos que nadie lo ha representando más fidedignamente:
Je, je... Grande Andre.
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