El Orejón. Colabora

jueves, 7 de junio de 2012

Mosquito invaders

Llega el veranico y la calor, y con la calor regresan a la actividad toda una variedad de insectillos de variado carácter "cojonero" y "jodeor". Destaca entre todos ellos el rey de las noches veraniegas, el terrible tocapelotas  estival por excelencia, el maldito mosquitico. Nada más temible que oír pasar su zumbido por nuestra oreja, lo que supone otra noche de insomnio. 


En este nuestro pueblo, cierto partido protesta por la tardanza de la fumigación de nuestros charcos y fuentecicas, siendo hecho curioso que nadie protestase cuando gobernaban ellos, ¿es que no habían mosquitos antes?. Al parecer la percepción de su presencia varía con el color del ayuntamiento. 
El caso es que al parecer la fumigación comenzará en torno a este mes, momento en el que esta flota aviadora ya llevaría su tiempo en nuestros espacios aéreos.

Cómo les gusta reproducirse, los jodíos

El caso es que nadie parece tener en cuenta la verdadera fuente del peligro. No importa cuánto echemos de cualquier insecticida a nuestras charcas, el verdadero problema viene de las aguas estancadas, de acumulaciones de aguas de orígenes más escatológicos y de los vertidos. Todo esto supone el paraíso para las larvas de mosquito, que libre de depredadores y competencia, campan a sus anchas (de hecho les basta 1cm de agua para completar su ciclo).

¿Cómo combatir entonces a esos malditos dípteros nematóceros? Se puede tratar de evitar estas aguas estancadas, limitar o impedir vertidos que eliminan sus enemigos naturales o llevar a cabo planes de repoblación de estos competidores (un aplauso a los conservadores del fartet en Novelda). También existen otras medidas cuanto menos curiosas, como el pintar de morado la parte inferior de las casas (cosa común) por una supuesta repulsión de los mosquitos a las longitudes de onda de este color, o pasarse por la piel planticas aromáticas que poseen repelentes naturales (el propio olor).
Si estas medidas preventivas no son suficientes en El Orejón se nos ocurre otra idea... Como las que pican son las hembras de la familia culicidae, sugerimos asaltar sus bases de operaciones: peluquerías de mosquitas, centros comerciales para dípteros y centros de estética especializados en insectos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario