El Orejón. Colabora

viernes, 29 de junio de 2012

Concentración de Mergelinas

Villena parece ser muy dada a eso de acoger concentraciones de familias y apellidos. Ya lo hizo anteriormente con los Esquembre y "los Rusos". Al parecer la tendencia es a acoger familias de más pasta porque el próximo linaje que se juntará como cordericos en esta noble ciudad es, nada más y nada menos, que el de los Mergelina. 
Sí señores, los Mergelina, esa familia que ha estado en Villena desde la reconquista, una de las grandes casas familiares de la ciudad, la que durante siglos acogió a los "peces gordos" de este pueblo. Si te pones a investigar es raro encontrar alguna parcela de nuestra ciudad en la que no hayan levantado alguna casa, finca o palacete.

Escudicos mergelinas en Villena

De hecho dan nombre al edificio más viejuno de la plaza de las Malvas, el palacio Mergelina (el actual asilo de ancianos) y casi que también al Museo del Festero, el palacio de los Selva, otra gran familia que como sucede siempre en estos casos se acaban casando entre ellos (Selvas con Mergelinas, Mergelinas con Selvas, Selvas con Selvas, Mergelinas con Mergelinas, primos con primos... ya sabéis, lo típico en estos casos).

¡Qué yuyu! Parecen gente chunga.

Y como suele suceder con la gente con dinero de esta ciudad, cuando se le presenta la oportunidad, la abandona. Efectivamente, por increíble que parezca no queda ni un sólo Mergelina en su querida Villena, como mucho hay una en Yecla. Las que se quedaban eran las típicas viudas sin hijos y las solteronas, las que se quedaron pa vestir santos, ayudar a las monjitas y donar edificios.

Los tropecientos Mergelinas dispersos por la geografía española vendrán prontico a Villena a conocer "ese pueblecico tan bonito del castlillo ese que nos contaba la abuela" y a conocerse entre sí (esperemos que no salgan parejas de aquí, por aquellos de favorecer la variedad genética). Se concentrarán en una de sus antiguas propiedades, el Museo del Festero. En El Orejón les recomendamos que no se lleven ningún traje de moro, que la casa ya no es suya.

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